Esta original muestra etnográfica estará instalada en el centro comercial desde el 23 de enero hasta el 16 de abril
El Centro Comercial L’Aljub, gestionado por CBRE, acoge y patrocina la exposición ‘Bar Casa Villalobos. L’esmorzar d’un poble’ organizada por el Museo Escolar de Puçol en colaboración con el Ayuntamiento de Elche. La muestra estará ubicada en la galería comercial, concretamente en las antiguas instalaciones de La Sureña, junto a los cines. La inauguración tendrá lugar el lunes 23 de enero a las 19.00 horas. Se tiene previsto que participen en el acto: Marga Antón, concejala de Cultura; Daniel Párraga, director del centro comercial; Rafa Martínez, director del museo y Vicente Villalobos, propietario del Bar Villalobos. Tras el acto se ofrecerá a los asistentes un catering con el bocata de atún y los encurtidos típicos del bar.
Se podrá disfrutar de la muestra hasta el 16 de abril, y el objetivo de la misma, es reflejar el ambiente de este emblemático establecimiento de la segunda mitad del siglo XX, con el mobiliario original.
Esta acción se ha realizado bajo el amparo del proyecto ‘Destino 2030’ de L’Aljub. Un programa de sostenibilidad y compromiso, basado en los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. Concretamente cumpliendo con el objetivo número 4 ‘Educación de calidad’, en esta ocasión fomentando la cultura y las tradiciones de Elche.
Con esta iniciativa, el Museo Escolar de Puçol, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Elche y el Centro Comercial L’Aljub quieren rendir un homenaje al Villalobos y a la familia que lo ha regentado hasta sus últimos días. Se trata de la recreación de un lugar entrañable y muy querido en la ciudad de Elche, que por un tiempo, volverá de nuevo a abrir sus puertas.
La exposición ‘Bar Casa Villalobos. L’esmorzar d’un poble’ es una representación lo más fidedigna posible del espacio y algunos elementos anecdóticos. Un ejemplo de ello es la rama de plátanos que solía colgar del techo a disposición de la clientela; o el espacio destinado a tienda detrás del mostrador, que los domingos se tapaba con una cortina gris, funcionando igualmente de tapadillo.
